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Fluimucil es un medicamento mucolítico cuyo principio activo es la acetilcisteína. Se utiliza principalmente para facilitar la eliminación de secreciones en el tracto respiratorio, lo que lo convierte en un tratamiento eficaz para condiciones donde hay acumulación de mucosidad espesa o densa, como el resfriado común, la bronquitis crónica y otras enfermedades respiratorias que producen exceso de flema. La acetilcisteína actúa rompiendo los enlaces de las proteínas que componen el moco, haciendo que sea más fácil de expulsar y, por lo tanto, mejorando la respiración.
Fluimucil se presenta en varias formas, incluidas tabletas efervescentes, sobres para disolver en agua, e incluso soluciones para nebulización, lo que le permite adaptarse a las necesidades específicas de cada paciente.
La acetilcisteína, el componente activo de Fluimucil, es un potente agente mucolítico que actúa directamente sobre el moco denso y pegajoso. Rompe los puentes disulfuro que mantienen unidas las glicoproteínas del moco, lo que reduce su viscosidad y facilita su expulsión. Este mecanismo es especialmente útil en afecciones como la bronquitis, donde las vías respiratorias se obstruyen con flemas, o en pacientes con enfermedades pulmonares obstructivas crónicas (EPOC).
Además de su función mucolítica, la acetilcisteína también tiene propiedades antioxidantes. Ayuda a aumentar los niveles de glutatión, una molécula clave en la protección celular contra los daños oxidativos, lo que le otorga un papel importante en la defensa contra el daño pulmonar causado por la contaminación o el humo del tabaco.
Fluimucil está indicado en una amplia gama de enfermedades respiratorias, tanto agudas como crónicas, donde se requiere la eliminación de mucosidad. Estas condiciones incluyen:
En pacientes con estas afecciones, el uso de Fluimucil ayuda a despejar las vías respiratorias, facilitando la respiración y reduciendo la tos asociada a la acumulación de secreciones. Su administración puede realizarse por vía oral o mediante inhalación, dependiendo de la gravedad del cuadro y la recomendación médica.
Además de su aplicación en afecciones respiratorias, la acetilcisteína es un tratamiento de elección para las intoxicaciones por paracetamol. En estos casos, la acetilcisteína actúa como un antídoto que protege el hígado de los efectos tóxicos del paracetamol, evitando daños graves. Para este uso, la acetilcisteína generalmente se administra por vía intravenosa en un entorno hospitalario, bajo supervisión médica.